martes, 23 de septiembre de 2008

"Haber sido es una forma de ser"

"Las emociones en el enfermo de alzhéimer son un terreno aún muy inexplorado", afirma Javier Olazarán, neurólogo e investigador principal de la Fundación María Wolff. Según el neurólogo "Conforme avanza la enfermedad, sabemos que responden con menos intensidad, lo que no quiere decir que sientan menos".
"Los enfermos de alzhéimer conservan una vida afectiva mucho más rica que la que aparentan porque mantienen estructuras cerebrales implicadas en la vida emocional, que tardan más en dañarse", explica José Manuel Martínez-Lage, profesor honorario de neurología de la Universidad de Navarra. "La paradoja está en cómo expresan sus emociones, sus respuestas son más pobres o anormales"
La enfermedad es caprichosa, y no sabemos por qué en unos casos aumentan unos cuadros u otros", comenta Olazarán. Mercè Boada, jefa clínica del área de enfermedades neurodegenerativas en el hospital Vall d'Hebrón de Barcelona, también dirige la Fundación ACE, que en su centro de día y los talleres de memoria atiende a 250 enfermos de alzhéimer, ella confirma "Necesitan afecto, contacto físico y, en definitiva, del amor y de las relaciones", .Coincide en ello María Paz García Paniagua, psicóloga de la Asociación de Familiares de Enfermos de León (AFA León): "Es posible que para el enfermo de alzhéimer algunos sentimientos, y sobre todo el cariño, sean los únicos vínculos que le mantienen unido a la realidad que les circunda".
El amor estimula el recuerdo
. afirma Martínez-Lage. Sentir caricias, voces y olores familiares y otros elementos de complicidad pueden tener el poder de evocar. "Durante muchos años se ha creído que el enfermo se volvía un niño. No es así, y al enfermo hay que tratarlo como el adulto que es, aunque no se puedan escuchar igual sus emociones, sus palabras o sus sentimientos", afirma Martínez-Lage. y añade “haber sido es una forma de ser”
La enfermedad de alzhéimer afecta en nuestro país a 600.000 personas y a 18 millones en el mundo. El cambio emocional que sacude a familiares y enfermos es tanto o más impactante que la propia patología

Fragmentos del artículo “Amar sin recuerdos” de Mónica L. Ferrado

Después de la lectura de este artículo, del que sólo os dejo algunos fragmentos, y la experiencia que un día me tocó vivir , a todos estos enfermos, les mando un beso para su olvido y la esperanza de que podamos mirarlos con la certeza de que siguen siendo.

2 comentarios:

Mariano Cantalapiedra dijo...

Este es un tema muy doloroso, personalmente tengo un primo hermano con el que siempre me he llevado muy bien y hemos compartido muchos momentos y confidencias y desde hace unos años, siendo además jove, padece esta enfermedad que lo tiene recluido a él y a familia más cercana.

Ana Villalobos Carballo dijo...

Así es Mariano, es un tema muy doloroso y eso lo sabemos bien quienes hemos tenido cerca alguien que padece esta enfermad. Siempre me preguntaba si serviría de algo las muestras de cariño y qué sentiría enmedio de su olvido. Me hubiese gustado haber leído este articulo en aquellos tiempos.
Bueno, otro día vendré con un tema menos serio y más divertido.
Es un placer compartir contigo en este lugar.

Un beso que te llegue al corazón

Ana