martes, 23 de septiembre de 2008

La actual guerra de México

Con la humildad del hombre común y corriente al ser confundido con una estrella de cine, y con el temor del jefe policiaco confundido con el retrato hablado de un criminal, recibo y acepto la invitación para colaborar en este blog. De entrada se me antoja compartir con los ciberlectores algunas estampas de la más pura insolencia que han ocurrido recientemente en este insolente mundo que parece de estampa.

En mi país las cosas están más graves de lo que pensabas y eso que ya de por si la gravedad de lo que ocurre en México –desde que tengo memoria- se pensaba que no podría ser superado por nada. Las devaluaciones consecutivas del último cuarto del siglo veinte no parecían superadas por nada cuando además eran aderezadas con masacres de estudiantes, indígenas, mujeres; el asesinato de candidatos y políticos de alto nivel pertenecientes al partido en el poder, sin contar por supuesto con las desapariciones de políticos y colaboradores de partidos de oposición; entre otras muchas calamidades.

El nuevo siglo nos ha traído una gama de sucesos que antes pensábamos imposibles. De entrada la victoria de un partido de oposición en la contienda presidencial del 2000; el cómo este partido le tomo solamente seis años aprender las mañas creadas por el anterior durante setenta años y aplicar un fraude electoral “impecable” contra la izquierda mexicana; entre algunas otras calamidades relacionadas con la siempre maltrecha economía mexicana.

Sin embargo en las últimas semanas los mexicanos hemos despertado a la realidad de guerra que estamos viviendo en nuestro territorio. La lucha emprendida por el gobierno contra el crimen organizado, especialmente contra las bandas de secuestradores y el narcotráfico ha generado que desde hace meses las calles de algunos estados de la república este prácticamente tomadas por el ejército y la policía federal; dicho clima de violencia llegó a su nivel màs alto cuando el pasado 15 de septiembre detonaron dos granadas de fragmentación en plena celebración popular de la Independencia Nacional. Hasta el dìa de hoy, una semana después, ocho personas han muerto (entre ellas un niño) y otras tantas están gravemente heridas, mutiladas de uno o dos extremidades, mutiladas de la seguridad de vivir en una provincia donde “nunca pasa nada malo”, secuestradas del deseo de alcanzar una vida mejor para ellos y sus hijos. Así es como estamos los mexicanos, en medio de una guerra que hoy parece sin cuartel, con uno de los bandos infiltrado profundamente en loa gobiernos y la sociedad civil; ellos, los delincuentes, igualmente imponen un alcalde que un jefe policiaco, igualmente estacionan su camioneta último modelo junto a nuestro auto cuando vamos al supermercado, llevan con una escolta armada a sus hijos a las misma escuelas que van nuestro hijos, se bañan en el mismo sauna en que nosotros nos relajamos antes de ir al trabajo con la diferencia que su trabajo consiste en privar de la liberta y asesinar a cualquiera que le represente una ganancia financiera. Esos hijos de puta no nos pueden quitar nuestra libertad y tranquilidad. Esos hijos de puta no van a ganar esta guerra.

1 comentario:

Mariano Cantalapiedra dijo...

Realmente escalofriante las imágenes y noticias que nos llegan y que tan certeramente has contado en este post. Te saludo

Mc