jueves, 27 de noviembre de 2025

y borrar

 

La ennegrecida casa de la Luz

Aquel día en Ui-dong
cayó aguanieve,
y mi cuerpo, compañero de mi alma,
tembló con cada lágrima que caía.

Sigue tu camino.

¿Acaso dudas?
¿Qué sueñas, rondando así?


Casas de dos pisos iluminadas como flores,
bajo ellas aprendí la agonía,
y hacia una tierra de alegría aún intacta
tontamente extendí una mano.

Sigue tu camino.

¿En qué sueñas? No te detengas.


Hacia los recuerdos que se forman en una farola, caminé.
Una vez allí, miré hacia arriba, y dentro de la farola
había una morada muy negra. Era la casa de la luz,
negra como el carbón.

El cielo estaba oscuro y, en esa oscuridad,
los pájaros que la habitan
alzaron el vuelo,
despojándose del peso de sus cuerpos.
¿Cuántas veces tendría que morir para elevarme así?
Nadie podría, entonces, tomarme de la mano.

¿Qué sueño es tan bonito?
¿Qué recuerdo
brilla tanto?


Aguanieve, como las yemas de los dedos de mi madre,
rastrillan mis cejas despeinadas,
golpean mis heladas mejillas y acarician,
otra vez, el mismo punto.

Date prisa, soñadora, y sigue tu camino.

Llorar
se me ha hecho un hábito,
pero las lágrimas
no me han engullido del todo. 

Las pesadillas
se me han hecho un hábito,
pero las noches insomnes
que queman mis venas y arterias
no me han devorado del todo. 

Mirad,
estoy bailando.
Oh, con frenesí
sacudo los hombros
sobre la silla de ruedas en llamas. 

No es cosa de magia
ni de trucos,
es solo que nada
puede destruirme del todo. 

Ningún infierno
ni los insultos
ni la tumba
ni esta maldita aguanieve
demasiado fría, ni el granizo
afilado como el cuchillo
logró triturar lo último de mí. 

Mirad,
estoy cantando
sobre una silla que lanza fuego.
Oh, con frenesí
la danza de la silla de ruedas. 

(Dedicado a Kang Won-rae, cantante y bailarín del grupo Clone, quien sufrió un accidente automovilístico que lo dejó discapacitado de la cintura para abajo y, sin embargo, no dejó de actuar).

De: Guardé el anochecer en el cajón.Editorial Lumen.Traductor Sunme Yoon

Mark Rothko y yo

La muerte en febrero

Aunque no hace falta que lo aclare,
no existe relación alguna entre Mark Rothko y yo. 

Él nació el 25 de septiembre de 1903
y murió el 25 de febrero de 1970.
Yo nací el 27 de noviembre de 1970
y todavía sigo viva.
Sin embargo, a veces me pongo a pensar
en el tiempo de nueve meses
que separan su muerte y mi nacimiento. 

Días antes o después
de esa madrugada en que él se abrió las venas de las manos
en la cocina anexa a su taller,
mis padres fundieron sus cuerpos
y poco después
una mota de vida
apareció en el útero tibio 

cuando en un cementerio de Nueva York al final del invierno
el cuerpo de Rothko no se había corrompido todavía. 

No es para maravillarse
sino para entristecerse. 

Siendo solo una mota,
sin tener aún un corazón que late,
sin saber lo que es el lenguaje,
lo que es la luz
ni las lágrimas,
me estaba formando
dentro del útero sonrosado, 

cuando entre la vida y la muerte,
febrero, una herida abierta,
resistió y resistió
hasta que empezó a cicatrizar por fin, 

cuando dentro de la tierra a medio derretir y por eso más fría
la mano de Rothko no se había corrompido todavía.

De: Guardé el anochecer en el cajón.Editorial Lumen.Traductor Sunme Yoon

Cierta tarde, ya tarde, estaba…

Cierta
tarde, ya tarde, viendo
el vapor que subía de mi cuenco
blanco de arroz, caí en la cuenta
de que algo se iba para siempre
y aun ahora
sigue yéndose para siempre.

Tenía que comer.

Y me comí mi arroz.

Version de @aurelioasiain

Portada en coreano de Actos humanos  소년이 온다 Editorial: Changbi

Esbozo del anochecer 5

Estaba reverdeciendo
un árbol negro que creía muerto. 

Se hizo de noche mientras lo miraba. 

Fluyó la sangre por los nudos verdes,
la lengua se sumergió en la oscuridad. 

La luz al borrarse
dejó rayas transparentes. 

(Como estoy viva)
estiré la mano hacia el tronco.

Tengo ojos que sangran.

No recuerdo

que haya tenido algo más.

No tengo nada dulce,

tampoco nada amargo,

nada suave,

nada palpitante,

nada que enjugue mi corazón.

Me olvidé sin querer,

ya no tengo adónde más ir.

No es que vea todo rojo, solo que

no confío en nada calmo; de los gemidos

mejor no hablamos.

Cuando descanso cubriendo mis ojos

con un fino velo conjuntivo,

entonces no amo mis mejillas,

tampoco mi labios, ni el surco nasal manchado.

Solo tengo ojos sangran.

De: Guardé el anochecer en el cajón.Editorial Lumen.Traductor Sunme Yoon

Han Kang tras recibir el Premio Nobel de Literatura. (Reuters/Jonas Ekstromer)

Todo está bien

A los dos meses de nacer
el niño lloraba cuando anochecía.
No era que tuviera hambre
o que le doliera algo.
Sin razón alguna,
así estaba tres horas desde el atardecer hasta la noche. 

Por miedo a que se esfumara como una burbuja,
lo cogía en brazos
y deambulaba por toda la casa preguntando:
«¿Qué te pasa?
¿Qué te pasa?
¿Qué te pasa?».
Se me caían las lágrimas
y se mezclaban con las del niño. 

Un día de pronto,
aunque nadie me lo enseñó,
le dije:
«Todo está bien.
Todo está bien.
Ya está todo bien». 

Increíblemente,
aunque el niño no paró de llorar
y la única que sosegó su llanto
fui yo, sin embargo,
de pura casualidad,
unos días después el niño dejó de llorar. 

Recién pasados los treinta
supe lo que debía hacer
cuando sollozas dentro de mí.
Como mirando la carita de un niño que gimotea,
me dirijo a tus lágrimas saladas como la espuma:
«Todo está bien». 

No digo «qué te pasa»
sino «todo está bien».
«Ya todo está bien».

De: Guardé el anochecer en el cajón.Editorial Lumen. Traductor Sunme Yoon

Han Kang 한강(Gwangju, Corea del Sur, 27 de noviembre de 1970). Poeta y novelista. Premio Nobel de Literatura 2024. Es la primera surcoreana y la primera mujer asiática en obtener este galardón.

Su familia está profundamente ligada al ámbito literario: Su madre, Im Gam-oh (임감오), quien soñaba con ser pianista, se convirtió en el pilar de esta familia de escritores, su padre, Han Seung-won (한승원), es un renombrado escritor en Corea del Sur, y sus dos hermanos, Han Dong-rim (한동림) y Han Gang-in (한강인), también son escritores.  asumiendo el rol de «directora» de lo que su esposo describe como una «fábrica literaria familiar», adicional al trabajo de cuidados.

A los nueve años Han Kang se mudó a Seúl con su familia. Estudió Letras en la Universidad Yonsei y después de graduarse en 1993 trabajó durante tres años como periodista para las revistas Publishing Journal y Samtoh, entre otras.

Empezó su carrera como novelista al ganar el concurso literario de primavera del diario Seúl Shinmun en 1994 que publicó su primera historia corta, lanzándola en formato de libro en 1995. Hasta entonces, firmaba como Han Kang-hyun (한강현); sin embargo, a partir de su siguiente colección de cuentos, El amor de Yeosu, adoptó el nombre literario Han Kang (한강), que se traduce de manera literal como «río Han», el río que atraviesa Seúl. Han es su apellido, mientras que Kang o Kang-hyun es su nombre.

 Han Kang estuvo casada con el crítico literario Hong Yong-hee (홍용희), con quien tuvo un hijo nacido en agosto del año 2000, ahora un joven músico, con quien gestiona una librería independiente llamada Hoy (책방오늘) en el distrito de Jongno, al norte de Seúl. 

Es autora de las novelas La vegetariana (채식주의자)(Random House, 2024; Premio Booker Internacional 2016), La clase de griego (Random House, 2023), Actos humanos (Rata, 2018)(Random House, 2024; Premio Manhae de Literatura de Corea y Premio Malaparte en Italia en 2017), Blanco (finalista del Premio Booker Internacional 2018) e Imposible decir adiós(Random House, 2024; Premio Médicis Étranger 2023), así como del poemario Guardé el anochecer en el cajón (Lumen, 2025). La autora ha recibido también el Premio Yi Sang, el Premio Artista Joven del Año, el 25. Premio de Novela Coreana, el Premio de Literatura Hwang Sun-Won y el Premio de Literatura Dong Ri. También ha sido publicado en español por Reservoir Books su libro de cuentos ‘Hada del trueno, hada del relámpago’ publicado en Corea en 2007.

Hasta 2018 trabajó como profesora en el departamento de Escritura Creativa del Instituto de las Artes de Seúl, y en la actualidad se dedica por completo a la escritura. Su obra ha sido publicada en más de treinta idiomas.

Su obra más famosa, La vegetariana, galardonada con el Premio Booker Internacional, fue llevada al cine en 2009, dirigida por Lim Woo-Seong y protagonizada por la actriz Chae Min-seo. Paradójicamente La vegetariana fue prohibida en algunas bibliotecas y escuelas del área metropolitana de Seúl, al ser considerada «perjudicial para la juventud» y la misma Han Kang  incluida en una lista de censurados debido a su novela Actos Humanos por el gobierno de Park Geun-Hye (박근혜) la hija del antiguo dictador. En la novela la autora toma hechos reales ocurridos en la represión que hubo en 1980 en la ciudad donde nació. En 1980, Chun Doo-hwan dio un golpe de Estado y así llegó al poder. Desde el principio se manejó a represión limpia. Pero cuando el 18 de mayo de 1980 los estudiantes de la Universidad de Chonnam, en Gwangju, junto con algunos sindicatos, se organizaron para exigir la democracia, se desató la furia. Durante nueve días los manifestantes formaron una comuna semejante a la Comuna de París. El 27 de mayo, Doo-hwan envió el ejército a Gwangju para reprimir a los miembros de la comuna. El gobierno habló de unos 200 muertos, los civiles, de unos 2.000. Tortura, sadismo, ejecuciones. Cuando la familia de Han Kang dejaron Gwangjule habían vendido la casa a una familia. Uno de ellos es Dongho, uno de los asesinados de quince años. Cuando lo matan y ya ha visto morir en medio de la calle a su mejor amigo y ya ha estado limpiando y organizando cadáveres. Muchos años después Han Kang volvió a Gwangju, revisó materiales, se encontró con el hermano de Dongho quien le dió permiso para contar su historia. Actos humanos es una denuncia desgarradora de esos hechos. Está escrito en seis capítulos que son seis miradas, puntos de vista como el del amigo de Dongho, ya cadáver, que habla desde la pila de cuerpos que se pudren o la de una mujer que testimonia como le metieron una regla hasta traspasarle el útero… 

Las cualidades reconocidas cuando le fue otorgado el Premio Nobel de Literatura: “por su intensa prosa poética que confronta traumas históricos y expone la fragilidad de la vida humana”.

No hay comentarios: