domingo, 25 de agosto de 2024

Camino Primitivo de Santiago



Camino Primitivo de Santiago
Habitación de hotel
Algunas manchas de humedad. Un estrecho y vetusto armario. Una ventana con vistas, dando realce a los gruesos muros de la habitación que se ensanchan hasta alcanzar el metro. Cuatro oscuras colañas sustentan el peso de toda esta zozobra con el rancio color de una memoria antigua sobada por el tiempo al amparo del oro y el boato. 
No siento melancolía en esta oquedad donde el tiempo en su insistencia anida polvo y memoria desmedida. 
Pero puedo aprender, por el contrario, que todo cuerpo es campana, una cornisa errante que yerra y cae sin saber cómo para elevar sus pasos hasta el espejo que en el fondo somos, aunque a veces elegimos quemar las alas sin huir de esta ansiosa e inquieta irrealidad.

 

 



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2 comentarios:

Albada Dos dijo...

Rezuma nostalgia, en una narrativa exquisita.

Un abrazo

Alonso de Molina dijo...

Me alegra saludarte, Alba. Te mando un abrazo.